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Amueblar una biblioteca pública o escolar de forma correcta puede contribuir, junto con otros aspectos como la colección de libros seleccionada para ella, al éxito o fracaso de la instalación.

En general, todo el mobiliario y la decoración elegida deberán de ser lo más funcionales posibles, ya que la comodidad es clave en este tipo de entornos, pero además deberá tenerse en cuenta la estética, debido a que hacer que los usuarios se sientan bien es otro de los aspectos importantes para garantizar su vuelta.

Cómo elegir los muebles para bibliotecas

A la hora de planificar la compra del mobiliario, el primer paso importante será dividir la biblioteca en zonas, de forma que sea más sencillo identificar las necesidades de cada una de ellas.

Generalmente, en una biblioteca podemos encontrar la mayoría de estas zonas:

  • Zona de recepción y administración
  • Zona de archivo
  • Zona de biblioteca infantil
    • Exposición de ejemplares
    • Lectura
    • Ludoteca
    • Ordenadores
  • Zona de biblioteca para adultos
    • Lectura
    • Trabajo
    • Ordenadores
    • Biblioteca y hemeroteca
  • Zonas comunes: baños y zona de vending o cafetería

Será necesario dotar a cada una de las zonas anteriores del mobiliario y los servicios necesarios para que resulten útiles, cómodos y accesibles a sus usuarios.

Mobiliario polivalente para espacios públicos

Mobiliario para la zona de recepción o administración en bibliotecas

La zona de recepción y administración es la que generalmente suelen utilizar el bibliotecario y el resto de personal administrativo para realizar sus funciones. En este punto, además, se realiza la atención al usuario, y se llevan a cabo las labores de préstamo y recepción de ejemplares.

Es por este motivo, que lo más cómodo será dotar a esta zona de un mostrador, que garantice por una parte, la correcta interacción del personal con los usuarios, al tiempo que se mantiene la privacidad del trabajo de los primeros.

Por otra parte, tras el mostrador es necesario dotar de un puesto a cada una de las personas que trabajen allí, por lo que cada uno de ellos debe contar con mesa y silla ergonómica, además de con el equipo informático necesario.

Si no existe una zona privada en la que instalar taquillas para el personal, será en esta misma zona de recepción en la que se colocarán armarios o taquillas en los que los trabajadores puedan depositar sus objetos personales de forma segura.

archivadores de oficina color grafito

Mobiliario para la zona de archivo

En la zona de archivo, que suele ser un espacio cerrado, encontramos todo el material que no se encuentra a la vista del público, y al que solo tiene acceso el personal de la biblioteca. A la hora de amueblar este espacio, deberemos tener en cuenta la capacidad del mismo y el número de objetos que debe albergar.

Las estanterías para bibliotecas, en este caso, pueden incluso llegar al techo, con el fin de optimizar el espacio. Pero en caso de emplearse estanterías muy altas, será necesario garantizar un acceso seguro a las mismas, dotando a las instalaciones de, por ejemplo, unas escaleras con barandillas.

Mobiliario de biblioteca

Mobiliario para la biblioteca infantil

Obviamente, y debido principalmente al tamaño de los usuarios, los muebles para bibliotecas infantiles son diferentes a los empleados en zonas cuyos usuarios son adultos.

En este caso es especialmente importante separar todas las zonas de manera clara, de modo que tanto el tráfico de los usuarios como la utilización de los servicios se dé de la forma más ordenada posible.

En la zona de biblioteca y hemeroteca se deben exponer los libros y revistas en estanterías para bibliotecas con una altura adecuada. Las estanterías ocupadas por los libros para los más pequeños deben ser accesibles para ellos, pudiéndose utilizar muebles más altos para la literatura juvenil.

La zona de lectura debe planificarse de forma que se tenga en cuenta que los usuarios de la biblioteca infantil, generalmente necesitan ir acompañados de un adulto, por lo que las mesas individuales pueden no representar la mejor elección en este caso.

La zona de ordenadores sí estará compuesta por puestos individuales dotados de mesa y silla. En este caso, optar por sillas y mesas regulables en altura sería una buena opción.

En cuanto a la zona de ludoteca sería necesario planificarla para que resulte lo más versátil posible. Debemos tener en cuenta que es frecuente que este espacio albergue actividades de los más variadas, desde talleres y cursos, hasta cuentacuentos o pequeñas obras de teatro.

Por este motivo podríamos dividir la ludoteca en dos áreas, siempre que el espacio lo permita. En una de ellas se pueden poner mesas grandes para que varios usuarios puedan trabajar a la vez en una misma actividad, y en otra se pueden colocar alfombras y cojines en el suelo para las actividades de teatro y cuentacuentos.

En las zonas para los más pequeños es posible optar por muebles y paredes de colores, teniendo en cuenta a la hora de elegir los tonos y las gamas, que estos pueden influir en la actitud y en el aprendizaje de los niños.

Mobiliario para espacios colaborativos

Mobiliario para la biblioteca de adultos

La zona de biblioteca y hemeroteca debe contar con capacidad suficiente para exponer todos los ejemplares de libros y revistas que se desee tener de cara al público. Es por ello que el espacio disponible ha de optimizarse al máximo, utilizando por ejemplo estanterías curvas en las que no se pierdan los rincones, o muebles que permitan el acceso a los mismos por ambos lados, que en la mayor parte de los casos suponen duplicar la capacidad de almacenaje y exposición.

En el caso de adultos, las zonas de lectura, trabajo y ordenadores pueden confluir en un mismo espacio, pero quedar diferenciadas en varios ambientes.

Por una parte, puede crearse un ambiente con butacas cómodas y pequeñas mesas auxiliares que anime a la lectura de los libros, prensa y revistas de forma tranquila.

Mesas más grandes, pero con posibilidad de separar a los usuarios, pueden ser la mejor opción para la zona de trabajo.  En estas mesas, los usuarios dispondrán del espacio suficiente para consultar las obras y al mismo tiempo trabajar o tomar notas en una libreta o un portátil.

En cuanto a la zona de ordenadores, lo más conveniente es el uso de puestos individuales, dotados cada uno de ellos con mesa y silla. Debido a que se entiende que el uso de los ordenadores es meramente para consultas, no es necesario dotar estos puestos de sillas ergonómicas, bastará con sillas cómodas y que no resulten ruidosas en los desplazamientos.

Mesas plegables para comedor

Mobiliario para zonas comunes

El equipamiento de las zonas comunes también debe tenerse en cuenta en el proceso de planificación.

Los baños deben contar con todos los accesorios necesarios para garantizar que cubren con las necesidades de los usuarios de la forma más resistente, segura y funcional, teniendo en cuenta el volumen de tráfico de personas previsto.

Las zonas de cafetería o vending en una biblioteca deben también diseñarse. A este respecto, cabe tener en consideración que este servicio puede suponer un incremento en la satisfacción de los usuarios, al cubrir sus necesidades en momentos puntuales, pero no puede incorporar a las instalaciones una zona de ocio, puesto que esto podría alterar el funcionamiento de la biblioteca. De este modo, es posible dotar de mobiliario a la zona, pero únicamente con el objetivo de proporcionar un servicio correcto y no buscando la comodidad del usuario. Es por esto por lo que suele optarse en estos rincones por mesas altas con taburetes o sin ellos, que invitan a permanecer en ellas el tiempo necesario para tomar un momento de descanso y terminar la consumición, pero de forma rápida.

Mamparas separadoras de oficina

División de las zonas

Debido a la variedad de usos y usuarios que tiene una instalación de este tipo, es necesario delimitar zonas en las bibliotecas, ya sea de forma física, o simplemente visual.

Pero, por otra parte, la satisfacción de los usuarios de una biblioteca depende también en gran medida del bienestar que le produce su experiencia al entrar y permanecer en el edificio, por lo que es importante adicionalmente, que las bibliotecas sean espacios amplios y luminosos.

Esta disyuntiva entre la necesidad de delimitar los espacios, y la importancia de la sensación de amplitud, hace que elementos como paneles fonoabsorbentes para bibliotecas, resulten de lo más prácticos y necesarios.

Estos paneles cumplen con la función de aislar y absorber el ruido, por lo que son perfectos para garantizar un ambiente tranquilo en zonas grandes.

Hoy en día encontramos además estanterías para bibliotecas que cuentan con este tipo de paneles incorporados, por lo que utilizar modelos de estas estanterías no demasiado altas puede ser la mejor opción para delimitar una zona, puesto que la aíslan acústicamente sin restar sensación de espacio, a la vez que proporcionan capacidad de almacenamiento.

La planificación de espacios y mobiliario en una biblioteca pública se hace en la actualidad buscando la máxima satisfacción del usuario, puesto que la enorme competencia que sufren estos edificios con el auge de internet y las nuevas tecnologías, hacen que la experiencia positiva del lector sea la mejor baza con la que jugar.

De este modo, la comodidad de las sillas, la sensación de paz y amplitud, la instalación de zonas comunes, o la realización de actividades alternativas, pueden llevar a la fidelización del usuario.

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