El principal objetivo de la ergonomía es la de adaptar el puesto de trabajo a las necesidades de la persona que va a desarrollarlo. De este modo, humanizando los medios productivos, se busca una reducción de las enfermedades profesionales y accidentes laborales, con el consecuente incremento de la productividad y mejora en la salud de los empleados.
Factores a tener en cuenta para desarrollar un puesto de trabajo ergonómico
Aquellos puestos en los que se realizan tareas y movimientos repetitivos, o en los que se pasa la mayor parte de la jornada en la misma posición, son los que presentan mayor necesidad de adaptación ergonómica, pero a la vez son normalmente los más sencillos de modificar, puesto que el alcance en cuanto a espacio del trabajador es reducido.
A la hora de diseñar el puesto de trabajo debemos tener en cuenta los siguientes factores:
Comodidad y accesibilidad
En primer lugar, es importante el uso de mobiliario adecuado, destacando la importancia cuando proceda del uso de sillas de oficina ergonómicas. Las sillas deben garantizar el apoyo tanto de la espalda como de la parte trasera de la cabeza, de forma que el trabajador vea reducida la posibilidad de lesiones o dolores de espalda o cuello. Asimismo, la altura de la silla debe ser necesariamente ajustable, para que el apoyo de los pies en el suelo sea completo.
El puesto de trabajo debe ser diseñado de forma que los elementos queden perfectamente accesibles para el trabajador, cuidando especialmente la altura de los mismos. La necesidad de acceder a objetos excesivamente elevados, o excesivamente bajos, aumenta el riesgo de accidentes y lesiones.
Condiciones ambientales
Factores como una iluminación adecuada y una buena calidad del aire son fundamentales a la hora de mejorar el rendimiento del trabajador en su puesto. La falta de luz, los brillos excesivos o la mala calidad del aire, pueden ocasionar molestias y problemas de salud que repercutan negativamente en la concentración y por tanto en la productividad.
Facilidad de uso del equipamiento
El mobiliario y demás elementos del puesto de trabajo, incluidos los tecnológicos, deben resultar fácilmente utilizables para la persona responsable de las tareas. Esto resulta especialmente importante, tanto para mejorar el rendimiento, como para evitar problemas de estrés en el trabajador, que debe sentirse perfectamente capaz de llevar a cabo las labores que tiene asignadas.
Beneficios de la ergonomía en el trabajo
Los principales beneficios de la utilización de la ergonomía en el diseño de los puestos de trabajo son una repercusión positiva tanto en la salud del trabajador como en su productividad.
La reducción del riesgo de accidentes y enfermedades que se consigue con los diseños ergonómicos, reduce la necesidad de días de baja o ausencia por parte de los empleados, con los problemas habituales que ello conlleva.
Por otra parte, al adaptarse el entorno a la comodidad del trabajador, se reducen las molestias y aumenta la motivación en el trabajo de la persona que ocupa el puesto, lo que se traduce en mayor concentración y capacidad productiva.
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